El corazón, más allá de su función vital, puede convertirse en un testigo silencioso de nuestro estilo de vida. Así lo asegura el reconocido cardiólogo español José Abellán, quien en una entrevista reciente con el comunicador Uri Sabat en el pódcast La Fórmula del Éxito, explicó de forma clara cómo este órgano puede mostrar señales concretas cuando una persona no cuida su salud.
Según Abellán, uno de los indicadores más evidentes es la presencia de grasa alrededor del corazón, en una zona llamada pericardio. Esta membrana, que rodea y protege el corazón, debería tener una cantidad mínima de grasa para que el órgano pueda latir con normalidad. Sin embargo, cuando se llevan hábitos poco saludables —como una mala alimentación, sedentarismo, estrés crónico o falta de sueño—, esta grasa comienza a acumularse en exceso. «Cuando vemos un corazón con una gran cantidad de grasa pericárdica, es evidente que hay un estilo de vida muy poco saludable detrás», señaló el médico.
El problema, advierte Abellán, es que esta acumulación no es solo una cuestión estética o superficial: está directamente relacionada con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión, la arteriosclerosis o incluso infartos. La grasa en el pericardio, en definitiva, es una señal de alerta que no se debe pasar por alto.
Frente a esto, el especialista insiste en la importancia de adoptar hábitos saludables desde temprano. Uno de los pilares fundamentales es el ejercicio físico. «Con 30 minutos de actividad al día, como caminar a buen ritmo o practicar algún deporte moderado, ya se obtienen beneficios importantes para la salud cardiovascular», afirmó.
Otro punto clave es la alimentación. Abellán recomienda seguir el patrón de la dieta mediterránea, ampliamente reconocido por sus efectos protectores sobre el corazón. Esta dieta se basa en el consumo de frutas y verduras frescas, legumbres, frutos secos, pescado azul y aceite de oliva virgen extra, limitando los productos ultraprocesados, azúcares refinados y carnes rojas.
El cardiólogo también subraya la relevancia de dormir bien y mantener una buena salud emocional. El estrés constante, la ansiedad y la falta de descanso de calidad impactan negativamente en el corazón, incluso cuando otros factores están bien controlados. «La higiene del sueño y la gestión del estrés son igual de importantes que el ejercicio o la alimentación», explicó.
Por último, Abellán recuerda la necesidad de realizar controles médicos regulares, especialmente a partir de los 40 años o antes si existen antecedentes familiares de enfermedades cardíacas. Estas revisiones permiten detectar factores de riesgo como el colesterol alto, la hipertensión o la diabetes, antes de que se conviertan en un problema grave.
En síntesis, el corazón no solo late: también habla. Y muchas veces, dice más de lo que imaginamos. Escucharlo, entender sus señales y actuar a tiempo puede ser la clave para vivir más y mejor.